La espera desesperada de los pacientes con cáncer en Panamá se prolonga indefinidamente mientras la Dirección de Contrataciones Públicas ordena al Ministerio de Salud (MINSA) la suspensión abrupta de la licitación para la construcción del tan necesario Instituto Oncológico Nacional (ION).
La orden de suspensión, emitida el 7 de mayo de 2024, deja a miles en incertidumbre, y las causas detrás de esta decisión son alarmantes. Controversias sobre la falta de información técnica adecuada y las disputas entre empresas interesadas han llevado a esta paralización, dejando en el aire la esperanza de una atención médica adecuada para aquellos que más lo necesitan.
El proyecto valorado en $72,7 millones ha sido víctima de un proceso lleno de obstáculos, desde reclamos sobre la insuficiencia de tiempo para preparar propuestas hasta debates sobre la inclusión de personal capacitado en seguridad radiológica. La falta de consenso y la complejidad del proceso han generado un caos administrativo que ahora amenaza con prolongar el sufrimiento de quienes luchan contra esta enfermedad devastadora.
Con el colapso del actual Hospital Oncológico debido a la abrumadora cantidad de pacientes, la suspensión de esta licitación es más que una interrupción burocrática; es una sentencia de angustia para aquellos que dependen de una atención médica especializada y oportuna. Mientras tanto, el reloj sigue corriendo para quienes no pueden permitirse esperar.
