En Panamá, el 38% de las familias son monoparentales. En regiones como San Miguelito, Curundú y Colón, más del 50% de los hogares carecen de uno de los padres, afectando el desarrollo y bienestar de los hijos.
Según ONU Mujeres, el 84% de los hogares monoparentales están encabezados por mujeres. Estas mujeres enfrentan vulnerabilidad económica al equilibrar el trabajo, las tareas domésticas y el cuidado de los niños. La psicóloga Nazareth Espinosa Ruíz explica que esta situación afecta la crianza y el acceso a recursos esenciales.
Espinosa Ruíz señala que aunque otros familiares pueden ayudar en la crianza, no reemplazan la figura paterna o materna, crucial en los primeros años de vida. Los niños pueden resentir la ausencia de un padre o madre, especialmente en actividades familiares o celebraciones como el Día del Padre.
La crianza por familiares secundarios puede causar disfuncionalidades, particularmente en la adolescencia. La falta de una figura parental presente puede llevar a los hijos a desarrollar ansiedad por separación y pérdida de autoridad de la madre.
Aunque no existe una solución definitiva para evitar las familias monoparentales, es vital recuperar y fortalecer el valor de la familia como núcleo de la sociedad. Fomentar valores familiares es esencial para formar individuos resilientes y sociedades sanas.
Es triste, pero es una realidad. Cuando mis hijos estaban en el colegio y aún ahora universitarios, la mayoría de sus compañeros viven en familias de padres separados.
Es necesario la figura paterna, debe haber un equilibrio entre el padre consentido y autoritario, pero al haber un solo padre, él o ella deben tomar uno de los 2 enfoques y no es lo mejor para una ideal crianza de los hijos
Es una realidad preocupante, pero pareciera que no se toma muy en serio este problema por la misma sociedad