Boriska Kipriyanovich, un niño ruso que ha desconcertado a científicos y expertos desde su temprana infancia, ha vuelto a captar la atención del mundo con sus asombrosas afirmaciones sobre su origen extraterrestre.
A la edad de cuatro años, Boriska comenzó a compartir detalles extraordinarios sobre su supuesta vida en Marte, dejando perplejos a sus padres y a quienes lo rodeaban. Ahora, a sus diecinueve años, continúa fascinando al mundo con sus relatos sobre la civilización marciana y sus avanzadas tecnologías.
Según Boriska, él fue enviado a la Tierra para advertir a la humanidad sobre futuros desastres y para ayudar en la transición hacia una nueva era de conciencia superior. Afirma recordar su vida en Marte, describiendo una sociedad altamente desarrollada con tecnología avanzada, pirámides y una red de túneles subterráneos.
Aunque muchos escépticos han cuestionado la veracidad de sus afirmaciones, algunos expertos sugieren que Boriska posee un nivel de conocimiento y comprensión que va más allá de su edad y experiencia terrenal. Han surgido teorías que especulan sobre la posibilidad de que Boriska sea un “niño índigo”, una supuesta generación de niños con habilidades psíquicas y espirituales especiales.
El caso de Boriska ha despertado un intenso debate en la comunidad científica y el público en general. Algunos lo ven como un prodigio con una conexión única con el cosmos, mientras que otros lo descartan como una fantasía o un caso de manipulación mediática.
Independientemente de la opinión que se tenga sobre Boriska y sus afirmaciones, su historia continúa generando interés y fascinación en todo el mundo. Su caso nos recuerda la inmensidad del universo y la infinita capacidad de la mente humana para explorar lo desconocido.