En las áridas llanuras de Nigeria, entre aldeas remotas y vastos paisajes, se encuentra la región de Kano, un lugar donde existe una práctica que ha desconcertado a muchos y ha provocado indignación en otros: la relación entre los hombres nigerianos y sus hienas, marcada por el maltrato y la magia negra.
Los hombres que se dedican a esta práctica son conocidos como “hombre hiena”, y son reverenciados y temidos por igual en sus comunidades. Se dice que poseen habilidades oscuras y poderes sobrenaturales que les permiten controlar a estos feroces depredadores con solo un gesto de la mano.
Sin embargo, detrás de la fachada de poder y control yace una realidad mucho más sombría. Estos hombres, en su búsqueda de dominio sobre la naturaleza, recurren a prácticas de magia negra para subyugar a las hienas y convertirlas en sus instrumentos de entretenimiento, intimidación y violencia.
En un recorrido por las aldeas donde se practica esta tradición, el youtuber mexicano Luisito Comunica, se encontró con testimonios escalofriantes de testigos presenciales de estos hombres y sus hienas. “Ningún animal puede verme, uso mi magia para tocarlos y hacer con ellos lo que quiera” relata uno de los hombres hiena documentados en el video.
Muchos de estos animales son sometidos a rituales crueles y tortuosos, que incluyen la privación de alimento, el encadenamiento y el abuso físico, todo en nombre del control y el poder.
Las tribus de hombres hiena, sin importar la creencia de muchos, no tienen ningún contexto religioso y se ha hecho cultural a través de las generaciones. Todo es con la espeluznante finalidad de armar un circo doméstico de hienas salvajes.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades locales y organizaciones de derechos de los animales para poner fin a esta práctica cruel, la arraigada creencia en la magia negra y el temor a represalias han obstaculizado los esfuerzos de erradicación. Los hombres hiena continúan ejerciendo su poder sobre estas criaturas indefensas, alimentando un ciclo de abuso y crueldad que parece no tener fin.
En última instancia, la historia de los hombres de Nigeria y sus hienas sirve como un recordatorio sombrío de los peligros de la superstición y la crueldad animal, y de la necesidad de proteger a los más vulnerables de las garras de la magia negra y la opresión.