El gobierno de Putin, en un esfuerzo por combatir lo que denominan “la decadencia de Occidente”, está desarrollando un proyecto de ley que tiene como objetivo perseguir la promoción del movimiento childfree, que defiende una vida sin hijos.
Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal, respaldó esta iniciativa y confirmó que se están considerando severas sanciones, incluidas multas y posibles expulsiones, para quienes promuevan este estilo de vida, considerado una amenaza para los valores fundamentales del país.
Además, se plantea que los extranjeros casados con ciudadanos rusos que no tengan hijos podrían ser vistos como parte de matrimonios ficticios, cuyo único fin es la obtención de la residencia. En esos casos, el proyecto de ley contempla la posibilidad de expulsión.
Se contemplarían solo tres excepciones para rechazar tener hijos: motivos médicos, religiosos o en caso de violación