Panamá está atravesando una crisis ambiental grave, evidenciada por la pérdida de 352,873 hectáreas de bosques y terrenos boscosos en apenas dos años, según el “Diagnóstico de Bosques y Otras Tierras Boscosas 2023” del Ministerio de Ambiente.
El informe, presentado hoy, subraya la urgencia de proteger los recursos forestales del país, destacando que la deforestación avanza rápidamente en todo el territorio, con especial intensidad en las provincias de Veraguas, Darién y Coclé. Esta situación pone en peligro la biodiversidad, las cuencas hidrográficas, los ríos y la sostenibilidad ecológica de la nación.
El diagnóstico, basado en imágenes satelitales y análisis geoespacial, muestra una alarmante disminución en la cobertura boscosa, especialmente en áreas cruciales para la conservación y restauración. Factores como la deforestación, el cambio climático y la expansión urbana han afectado gravemente los bosques, siendo las provincias de Veraguas, Darién y Coclé las más impactadas con pérdidas del 37.6%, 15.9% y 18% respectivamente.
Aunque el 67.15% del territorio panameño sigue cubierto por bosques y rastrojos, la pérdida de 352,873 hectáreas representa una reducción del 4% a nivel nacional. Esta disminución en algunas regiones está amenazando la biodiversidad y la sostenibilidad ecológica, agravando los problemas ambientales.
Hasta el año 2023, Panamá contaba con aproximadamente 325,666.78 hectáreas de rastrojos y 4,737,067 hectáreas de bosques. Según la resolución N° DM-0148 del 21 de julio de 2022, el rastrojo es la vegetación secundaria formada por especies arbóreas, arbustivas y herbáceas que surge naturalmente después de un uso agropecuario y tiene una altura promedio inferior a 5 metros.
El diagnóstico clasifica el territorio en tres categorías: Bosques, Otras Tierras Boscosas y Otras Tierras y Superficies de Agua.