Gambia se posiciona como el primer país en anular la prohibición de la mutilación genital femenina.
La Asamblea Nacional de Gambia votó a favor de un proyecto de ley que invalidaría la prohibición de la mutilación genital femenina (FGM por sus siglas en inglés), lo que situaría a este país africano en la vanguardia mundial al revertir dicha prohibición.
Durante una publicación del Washintong Post se informó que numerosas mujeres presentes en la Asamblea Nacional el lunes relataron las penurias que implica la mutilación, una práctica arraigada por generaciones en Gambia. Una mujer compartió su trauma al ser sometida a la FGM a los 8 años durante una ceremonia. Otra descubrió en su noche de bodas que había sido sometida a la ablación. Otra más sufrió años de infecciones e infertilidad después de ser mutilada sin el consentimiento de sus padres.
Las mujeres escucharon en silencio mientras los legisladores, en su mayoría hombres, mostraban su apoyo golpeando sus mazos cuando Almameh Gibba, la legisladora que propuso el proyecto de ley, lo defendía como una medida para “preservar los derechos religiosos y los valores culturales”.
El proyecto de ley, argumentó, busca “proteger los derechos de los ciudadanos a practicar su cultura”.
En la sesión, 42 de los 47 miembros del parlamento votaron a favor de avanzar con el proyecto de ley, desencadenando meses de diálogo nacional y posibles enmiendas antes de una votación final sobre la revocación de la prohibición de 2015. Si Gambia sigue adelante, los activistas temen que su decisión, que sería pionera a nivel mundial según las Naciones Unidas, pueda alentar a otros países a seguir su ejemplo.
Según las Naciones Unidas, aproximadamente el 75 por ciento de las niñas y mujeres en Gambia entre los 15 y 49 años han sido sometidas a la ablación genital, conocida también como mutilación genital femenina.
A nivel global, se estima que más de 200 millones de mujeres y niñas han sufrido FGM, un procedimiento que puede implicar la extirpación del clítoris, labios menores y, en los casos más extremos, el cierre de la abertura vaginal. Los expertos médicos señalan que estos procedimientos, carentes de beneficios médicos, pueden acarrear diversos daños a corto y largo plazo, como infecciones, dolor crónico, cicatrices, infertilidad y pérdida de placer sexual.
Gambia, nación surgida tras su separación de Senegal durante el período colonial británico, es un país de aproximadamente 2.5 millones de habitantes donde las noticias circulan rápidamente. Desde el año pasado, cuando tres mujeres fueron condenadas por practicar la ablación genital femenina, el tema ha acaparado la atención del país, generando un intenso debate sobre religión, cultura, patriarcado y salud reproductiva y sexual.
Uno de los líderes religiosos más influyentes de Gambia, Abdoulie Fatty, sufragó las multas de las mujeres condenadas, alegando que la práctica está respaldada por el profeta Mahoma, y luego inició una campaña para revocar la prohibición, lo que condujo al proyecto de ley de Gibba. Aunque existe un debate sobre la práctica en el Islam, muchos líderes musulmanes la han condenado, y en muchos países de mayoría musulmana, no está ampliamente aceptada.