En una entrevista reciente, el Papa Francisco causó indignación al sugerir que Ucrania debería mostrar “valentía con la bandera blanca” y buscar negociaciones para resolver el conflicto con Rusia. Kyiv, la capital de Ucrania, respondió rápidamente a sus comentarios, afirmando su ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba que la bandera de Ucrania es amarilla y azul y que nunca aceptará otra.
El padre Sviatoslav, líder religioso de Ucrania, reafirmó la determinación de su pueblo en Nueva York al declarar que Ucrania está herida pero invicta. Afirmó además que nadie piensa rendirse, incluso en las zonas donde el conflicto persiste. Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa del Vaticano, explicó que el papa usó la bandera blanca para representar un cese al fuego a través de negociaciones, no rendición.
No obstante, el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, y el presidente de Letonia, Edgars Rinkēvičs, mostraron su discrepancia con las afirmaciones del Papa. Rinkēvičs enfatizó la importancia de combatir el mal en lugar de rendirse ante él, mientras que Sikorski instó a Putin, líder de Rusia, a retirar su ejército de Ucrania.
La jefa de la delegación de la Unión Europea ante la Santa Sede, Alexandra Valkenburg, enfatizó que Rusia ha empezado una guerra ilegal e injustificada contra Ucrania y podría poner fin a este conflicto inmediatamente respetando la soberanía y territorialidad de Ucrania.
