La Asamblea Nacional de Panamá ha alcanzado un hito sin precedentes al cerrar un quinquenio con gastos acumulados que rondan los $1,000 millones, revelando una tendencia alarmante de uso desmedido de recursos públicos.
En una reciente sesión con la bancada del Partido Revolucionario Democrático (PRD), el presidente electo, José Raúl Mulino, anunció que su gobierno implementará una drástica reducción del presupuesto legislativo. Esta medida se toma en respuesta a los exorbitantes gastos gestionados por la Asamblea Nacional durante los últimos cinco años, período en el que la entidad ha sido señalada por su opacidad y manejo poco transparente de los recursos públicos.
Cifras escandalosas
Informes del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) a los que tuvo acceso La Prensa, confirman que entre 2019 y 2024, la Asamblea Nacional manejó un presupuesto total de $950.6 millones, con una tendencia a incrementar sus gastos anuales mediante solicitudes de créditos adicionales y traslados de partidas aprobadas internamente. Esta práctica elevó los gastos anuales de la Asamblea significativamente más allá del presupuesto inicial aprobado.
Por ejemplo, en 2020, el presupuesto inicial de $99.6 millones se disparó a $164.9 millones. En años subsecuentes, la situación fue similar: $107.1 millones en 2021 aumentaron a $200.9 millones, $143.9 millones en 2022 a $230.5 millones, $150 millones en 2023 a $188.9 millones, y $150 millones en 2024 a $165.4 millones, con datos hasta mayo.
Desglose del gasto
La mayor parte del presupuesto de la Asamblea se destina a gastos operativos, incluyendo salarios y otros costos administrativos. En 2023, de los $230.5 millones gastados, $201.9 millones fueron para funcionamiento, y solo $28.6 millones para inversión. Este patrón de gastos operativos recurrentes ha suscitado fuertes críticas de diversos sectores de la sociedad civil y diputados independientes.
En la Asamblea Nacional laboran aproximadamente 4,200 funcionarios, con la entidad destacándose por tener la mayor cantidad de asesores en el Estado: unos 400 asesores, cuyo costo anual asciende a $14 millones. Esta cifra representa un aumento del 408% respecto a 2010, cuando había 81 asesores con un costo anual de $1.9 millones.
Reacciones y críticas
Diputados como Juan Diego Vásquez y Edison Broce han cuestionado la necesidad de tantos asesores y los elevados costos asociados, señalando que estas prácticas no reflejan la realidad económica del país. Además, la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana, capítulo panameño de Transparencia Internacional, ha denunciado estos gastos exorbitantes y la falta de transparencia en la gestión de la Asamblea.
Bajo índice de transparencia
Para agravar la situación, la Asamblea Nacional ocupa uno de los últimos lugares en el Índice Latinoamericano de Transparencia Legislativa 2023, situándose en el puesto 10 de 14 países evaluados con una calificación de 38.93% sobre 100. Este resultado resalta la necesidad urgente de reformas profundas para mejorar la transparencia y eficiencia en el manejo de los recursos públicos.
Perspectivas futuras
El presidente electo Mulino ha prometido abordar estos problemas mediante la implementación de medidas de austeridad y una revisión exhaustiva del presupuesto de la Asamblea Nacional. La sociedad panameña espera con interés las acciones concretas que tomará la nueva administración para corregir el rumbo y asegurar una gestión más transparente y responsable de los recursos públicos.
Bárbaros!, estos vinieron fue a robar los 5 años! 😡
A tan solo días de cambio de gobierno esque salen todo a la luz bueno era de esperarse
Dios mío este gobierno que se va deja muchas deudas y sin ningún centavo el arca nacional ya eso se veía venir
Bueno el pueblo panameño es al que exprimiran para salir de esas deudas deberían de hacer investigaciones a cada persona que trabaja ahí sea quien sepa pero parecen que ahí tienen inmunidad porque no investigan a nadie
Y así querían seguir en el poder
Waooo tremenda deuda millonaria para este próximo gobierno tristeza bueno día Bendiciones
Hay que ponerle un alto al exceso de ojalá el presidente ponga un alto.