Panamá continúa destacándose en la región al mantener la inflación más baja entre los países de América Latina, consolidándose como un modelo de estabilidad económica en un contexto global desafiante. A pesar de los esfuerzos realizados por países como Perú para controlar este indicador, Panamá ha logrado posicionarse como líder en este ámbito, reflejando el éxito de su sistema económico dolarizado.
En contraste con economías más grandes como Argentina, que enfrenta una inflación alarmante del 27.2 %, y Brasil, con un 6.2 %, Panamá se mantiene a la vanguardia con tasas de inflación significativamente más bajas. Este logro no solo beneficia el poder adquisitivo de los ciudadanos panameños, sino que también refuerza la confianza de los inversionistas extranjeros, quienes valoran la estabilidad macroeconómica como un factor clave.
Este panorama resalta el papel crucial de una política fiscal responsable y la influencia positiva de una economía dolarizada que reduce la volatilidad inflacionaria. Sin embargo, el desafío de mantener esta estabilidad en un entorno global incierto sigue siendo una tarea constante para las autoridades panameñas.
