El sueño de adquirir una vivienda propia se ha vuelto difícil para muchos panameños debido a la negativa de los préstamos hipotecarios por parte de las entidades financieras. A pesar de que algunos ya habían realizado pagos iniciales o firmado contratos, sus solicitudes han sido rechazadas, afectando principalmente a familias de bajos ingresos.
Martha Vargas, asesora inmobiliaria, planteó esta inquietud al presidente José Raúl Mulino durante una conferencia de prensa el 10 de octubre de 2024. En su respuesta, Mulino explicó que el problema está vinculado al vencimiento de la ley del bono solidario de $10,000, que no será renovada. Sin embargo, destacó que el Banco Nacional y la Caja de Ahorros han dispuesto $145 millones para préstamos destinados a viviendas populares, lo que permitirá seguir apoyando a las familias que buscan una vivienda de interés social y también reactivar el sector de la construcción.
En resumen, aunque la situación es complicada por la falta de financiamiento para nuevos compradores, el gobierno busca soluciones a través de la banca estatal para ayudar a las familias afectadas y dinamizar el mercado inmobiliario.