José, un adolescente de 17 años, fue detenido el 29 de julio, un día después de las polémicas elecciones en Venezuela que vieron a Nicolás Maduro reelegido, a pesar de las acusaciones de fraude.
Carmela, la madre de José, relata que su hijo fue arrestado tras un control policial mientras viajaba en moto con un amigo. Aunque el amigo fue liberado, José fue llevado a una comandancia militar, lo que aumentó la preocupación de su familia.
José es uno de los más de 100 menores detenidos en el marco de una ola de arrestos que sigue a las elecciones. La ONG Foro Penal reporta 1.780 detenidos en total, mientras que el gobierno de Maduro cifra los arrestos en cerca de 2.300.
A los 15 días de su detención, Carmela logró visitar a su hijo, quien estaba enfermo y no recibió atención médica adecuada. “Mi hijo estaba con fiebre alta y no lo llevaron al hospital. Le llevé medicamentos, pero la situación es desesperante”, afirma Carmela.
La situación en la cárcel es dura. José comparte celda con otros ocho jóvenes, sin acceso a un baño adecuado y expuestos a condiciones insalubres. “Se pasa el día llorando y ni siquiera quiere comer. Les da su comida a otros presos”, cuenta su madre.
Carmela, que originalmente apoyó a Maduro, se siente traicionada por el gobierno que ahora mantiene a su hijo en prisión. Ha intentado sin éxito hablar con funcionarios del gobierno para reclamar la liberación de José. “No entiendo por qué están encerrando a gente inocente. Mi hijo ni siquiera sabe qué significa terrorismo”, concluye con tristeza.
Fuente: BBC News