La Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf) enfrenta una crisis que pone en riesgo la protección de niños y adolescentes en el país. En provincias como Veraguas y Coclé, la falta de personal especializado ha dejado casos de abuso infantil y maltrato sin la debida atención. En Veraguas, una sola psicóloga maneja una carga laboral insostenible, mientras que la coordinación regional está en manos de una persona sin formación en psicología, trabajo social o derecho, lo que compromete la calidad del servicio.
En lugar de reforzar el equipo técnico, la institución ha priorizado nombramientos administrativos, dejando a trabajadores sociales y psicólogos sin contratación. En San Miguelito, las condiciones laborales son alarmantes, con denuncias de robos a los funcionarios y cortes de electricidad por falta de pago. Además, el cierre de un albergue en Panamá Pacífico ha provocado la reubicación de menores en condiciones inadecuadas, generando fugas masivas y problemas en la calidad de los alimentos.
La crisis en Senniaf no es nueva, pero la falta de respuesta de la actual administración ha agravado la situación. Los denunciantes aseguran que se necesita una gestión que garantice la protección infantil, en lugar de decisiones administrativas que dejan a los menores en mayor vulnerabilidad. Las autoridades deben actuar con urgencia para evitar que el problema siga escalando y afectando a los más vulnerables.
