Victoria Hill, una trabajadora social de Connecticut, se vio envuelta en una situación desconcertante después de una simple búsqueda de su historial genético. Su análisis de ADN reveló un presunto fraude en un procedimiento de reproducción asistida y una sorprendente conexión con más de veinte hermanos biológicos, uno de los cuales fue su antiguo novio.
Su búsqueda comenzó con una curiosidad inocente sobre sus orígenes genéticos, motivada por notables diferencias con su familia. Los resultados la sumergieron en un mundo desconocido de medios hermanos y la dejaron atónita al descubrir que su verdadero padre biológico era Burton Caldwell, un médico de fertilidad que había inseminado a su madre con su propio esperma sin su consentimiento.
La historia de Hill es solo un ejemplo de un fenómeno extendido en Estados Unidos, donde médicos han utilizado su propio esperma para inseminar a pacientes sin su conocimiento. Más de 30 médicos han sido descubiertos o acusados de esta práctica, pero la rendición de cuentas ha sido mínima, lo que deja a las víctimas en un limbo legal.
Janine Pierson, otra afectada por este fraude, emprendió acciones legales contra el médico Burton Caldwell, quien había usado su esperma para concebirla sin su consentimiento. La falta de regulaciones en la industria de la fertilidad en Estados Unidos ha generado situaciones angustiantes, incluyendo casos de incesto accidental.
A nivel internacional, países como Noruega y Alemania han implementado medidas más estrictas, limitando el número de hijos por donante y abolieron el anonimato en los bancos de esperma. Sin embargo, en Estados Unidos, las regulaciones son escasas y la industria se resiste a cambios significativos.
Legisladores están promoviendo proyectos de ley federales para abordar este problema. La “Ley de protección de las familias contra el fraude en materia de fertilidad” busca establecer un nuevo delito federal de agresión sexual por tergiversar el origen del ADN en procedimientos de reproducción asistida. A pesar de los desafíos, el proyecto ha ganado apoyo bipartidista y podría marcar un cambio significativo en la legislación.
En medio de esta búsqueda de justicia y respuestas, Janine Pierson se enfrentó cara a cara con su padre biológico, Burton Caldwell, en un encuentro lleno de emociones encontradas. La conversación no solo sacó a la luz el pasado, sino que también reveló el peculiar interés de Caldwell por el éxito de sus descendientes, una experiencia que dejó a Pierson con una mezcla de satisfacción y anhelo de respuestas.
