El sector de la construcción en Panamá atraviesa uno de sus momentos más críticos en los últimos años, al registrar una caída del 20.9% en la inversión durante 2024, alcanzando apenas los 995.9 millones de dólares. Este retroceso representa una reducción de 263.5 millones en comparación con el año anterior y mantiene al sector por debajo de los niveles previos a la pandemia de 2019.
El impacto más severo se ha observado en el segmento no residencial, que agrupa proyectos como oficinas, galeras y bodegas, con una contracción del 33%, situando la inversión en 343 millones de dólares. Por otro lado, el sector de vivienda también reflejó una disminución del 12%, quedando en 652.7 millones de dólares.
Las diferencias regionales son notorias. La ciudad de Colón lidera las caídas con un desplome del 73%, seguida por la capital panameña con -19% y David con -15%. En contraste, algunas zonas como La Chorrera (+2.8%), Chitré (+3.2%) y Aguadulce (+2.1%) se mostraron como las pocas que lograron un leve crecimiento.
El financiamiento al sector se ha visto seriamente afectado. La agencia Moody’s reporta un deterioro en las condiciones crediticias, con el índice de morosidad subiendo de 10.08% en 2023 a 11.55% en 2024. Esta situación se agrava tras la pérdida del grado de inversión del país, lo que ha elevado las tasas de interés y endurecido el acceso a crédito para los proyectos constructivos.
La desaceleración también se refleja en la producción de insumos básicos. La fabricación de concreto premezclado cayó un 15.8%, mientras que la producción de cemento gris se redujo un 10.2% durante los primeros 11 meses del año.
Este panorama plantea grandes desafíos para el sector construcción en el corto plazo, marcado por un entorno de mayor riesgo y una notable reducción en las oportunidades de crecimiento.