Panamá ha intensificado sus restricciones en la frontera con Colombia en un esfuerzo por reducir el flujo migratorio a través de la peligrosa selva del Darién. El ministro de Seguridad, Frank Ábrego, informó que seis de los siete pasos fronterizos identificados con Colombia han sido cerrados. Estas trochas ahora están bloqueadas con cercas de alambre de púas y patrulladas por el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).
Desde el 11 de julio, las medidas restrictivas se han reforzado con la instalación de cercas serpentinas en varios puntos de la frontera y un incremento del patrullaje en las aguas del Pacífico y el Caribe panameño. Estas acciones han llevado a una disminución de entre 6 mil y 7 mil personas que cruzan la selva del Darién.
La crisis migratoria en esta región ha persistido por más de una década y se ha agravado con el tiempo. Panamá recibe diariamente entre mil y dos mil personas provenientes de países como Venezuela, Haití, Cuba, Colombia y otras naciones, quienes arriesgan sus vidas cruzando la selva.
El Servicio Nacional de Migración informó que, desde enero hasta el 10 de julio, 208,308 personas ingresaron a Panamá desde la selva del Darién. En los primeros días de julio, tras un acuerdo con Estados Unidos, se registraron 7,245 entradas.
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