En un panorama migratorio que está experimentando cambios drásticos, México ha sido testigo de un aumento significativo en la migración irregular, particularmente de Asia y África, con un destacado incremento en el número de migrantes chinos que atraviesan el país. Según estadísticas del Instituto Nacional de Migración (INM), en el primer trimestre del año en curso se registró un alza del 99,44 % en la interceptación de migrantes asiáticos en comparación con el mismo período del año anterior, con un total de 16.859 personas interceptadas.
Entre los migrantes irregulares de Asia, los de origen chino representan una proporción significativa, con un aumento del 132,98 % en comparación con el año anterior, sumando un total de 5.114 individuos. Por su parte, la migración africana también ha experimentado un aumento del 115,58 %, con 22.722 migrantes registrados en el primer trimestre de este año.
Este fenómeno se ha hecho evidente en la frontera sur de México, especialmente en la ciudad de Tapachula, considerada el epicentro de la migración irregular en la región. Activistas y empresarios locales han observado un cambio notable en la diversidad de nacionalidades entre los migrantes que llegan a la zona, con un flujo que abarca desde Malasia, Vietnam y Sri Lanka, hasta Siria, Egipto y Sudáfrica.
Sin embargo, el aumento de migrantes chinos ha llamado la atención debido a las dificultades que enfrentan para regularizar su situación migratoria en México. Según denuncias de expertos en migración, tanto el INM como la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) han sido reticentes a otorgarles la oportunidad de realizar trámites legales.
José Luis Pérez Jimenes, abogado especializado en migración, destacó las dificultades que enfrentan los migrantes chinos en la frontera sur de México, afirmando que “no tienen acceso a ningún tipo de trámite”. Esta situación ha generado preocupación entre la comunidad migrante y los defensores de derechos humanos, quienes han instado al gobierno mexicano a abordar esta cuestión con urgencia.
A pesar de las adversidades, los migrantes de Asia suelen llegar a México con mayores recursos económicos en comparación con los provenientes de Centro y Suramérica, lo que les permite hospedarse en establecimientos de mejor calidad. Esta disparidad económica ha llevado a observadores locales a señalar la necesidad de un enfoque equitativo en el tratamiento de todos los migrantes, independientemente de su origen o condición socioeconómica.
En este contexto, la creciente presencia de migrantes chinos y de otras nacionalidades en México destaca la complejidad y la urgencia de abordar los desafíos asociados con la migración irregular en el país.
Este es un tema muy delicado, ya que sucede constantemente todos los días, la migración no se detiene.