El inicio del juicio federal contra el rapero y productor Sean “Diddy” Combs ha expuesto una serie de acusaciones perturbadoras sobre el presunto abuso sistemático que habría ejercido durante años contra su entonces pareja, la cantante Casandra “Cassie” Ventura.
Según testigos presentados por la fiscalía, Cassie fue sometida a situaciones de violencia física, humillaciones sexuales y control coercitivo por parte de Combs. Un exstripper testificó que Combs le pagaba a hombres para tener relaciones sexuales con Ventura mientras él observaba, una práctica que, según los fiscales, forma parte de una red más amplia de explotación sexual.
Uno de los elementos más impactantes del primer día del juicio fue la mención de un video de 2016, en el que Combs presuntamente aparece agrediendo físicamente a Cassie en un hotel de Los Ángeles. Este material audiovisual será una de las piezas clave del proceso judicial, que busca determinar si los crímenes formaban parte de una estructura organizada y sostenida por el poder y la influencia del artista.
La defensa de Combs sostiene que todas las relaciones fueron consensuadas y niega las acusaciones, alegando que detrás de ellas hay motivaciones económicas. No obstante, el caso ha puesto nuevamente sobre la mesa el debate sobre el abuso de poder en la industria del entretenimiento y la vulnerabilidad de las mujeres dentro de este entorno.
Cassie, quien ha permanecido alejada del ojo público en los últimos meses, no ha emitido declaraciones en el inicio del juicio. Sin embargo, su nombre resuena como el símbolo de una denuncia que podría marcar un precedente legal y social en el mundo del espectáculo.
El juicio continúa en la Corte Federal de Nueva York y se espera que dure varias semanas.