Israel se encuentra en estado de alerta máxima ante la posibilidad de una represalia por parte de Irán después del ataque atribuido al Ejército israelí contra el consulado iraní en Damasco, el cual resultó en la muerte de 13 personas, incluyendo siete guardias revolucionarios iraníes. En respuesta, el Ejército israelí ha suspendido los permisos de vacaciones para todas las tropas y ha aumentado tanto el personal como el número de reservistas en las fuerzas aéreas.
Las tensiones en la región se intensifican, y el temor a posibles ataques con misiles o drones por parte de Irán o de sus milicias aliadas, como Hezbolá en Líbano, está en aumento. El jefe de la Inteligencia Militar de Israel, Aharon Haliva, advirtió sobre la posibilidad de días complejos por delante.
Como medida preventiva adicional, Israel está alterando el servicio de GPS en varias zonas del país para evitar posibles ataques con misiles o drones. Esta acción podría afectar a aplicaciones de geolocalización como Waze o Google Maps, mostrando la ubicación de los usuarios como si estuvieran en Beirut o El Cairo.
El presidente de Irán, Ibrahim Raisi, ha prometido una “respuesta decisiva” al ataque, mientras que el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, ha advertido que Israel “se arrepentirá”. Esta escalada de tensiones ocurre en un momento crítico en la frontera norte de Israel, donde los enfrentamientos entre las tropas israelíes y la milicia chií libanesa Hizbulá han aumentado en intensidad desde el inicio de las hostilidades el 8 de octubre.
