En una visita al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la prisión de máxima seguridad construida por el gobierno de Nayib Bukele para miembros “de alto rango” de las principales pandillas de El Salvador, se le instruyó a los periodistas de algunos medios internacionales que no hicieran contacto visual con los presos.
La prisión, una obra faraónica levantada en medio de la nada, simboliza la controvertida política de seguridad de Bukele.
Los presos, rapados y vestidos de blanco impoluto, exhiben sus tatuajes mientras observan desde el otro lado de las rejas. Cientos de ellos ocupan las celdas gigantes de la prisión.
El director del centro, cuyo nombre se guardó, advirtió, según los medios internacionales que pudieron participar en el recorrido por el Cecot: “Aquí están los psicópatas, los terroristas, los asesinos que tuvieron en luto a nuestro país”.
Esta visita, coreografiada por el gobierno, ofrece una visión de cómo se trata a los presos en esta instalación destinada a los miembros más peligrosos de las pandillas salvadoreñas, que alguna vez desangraron el país.
El director recibió a los periodistas de medios como BBC, El País, Mundo, entre otros, una vez pasados los filtros de seguridad en esta cárcel de máxima cautela, donde se encuentran los pandilleros de alto rango y los terroristas.
Los procedimientos de ingreso incluyen cacheos exhaustivos, preguntas sobre tatuajes y pasar por un arco de rayos X que muestra los intestinos en una pantalla.
El director aclaró que en la prisión no permiten la entrada de instituciones externas u ONG, asegurando que la cárcel cumple con los estándares internacionales.
Además, en el recorrido presentaron cinco casos que tuvieron repercusión nacional e internacional.
Con esta visita, se buscó poner rostro a los perfiles más extremos del fenómeno al que Bukele le ha declarado la guerra, utilizando métodos que han generado tanto popularidad como críticas graves.
La realidad carcelaria en El Salvador bajo el gobierno de Bukele ha generado preocupación y debate.
Con la erradicación de pandillas como objetivo principal, el régimen de excepción se ha convertido en parte de la vida cotidiana de los salvadoreños. Sin embargo, esta estrategia ha llevado a una violación sistemática de los derechos humanos, según documentan organizaciones internacionales y la prensa.
Los familiares y abogados de los presos denuncian la falta de contacto con ellos, mientras cientos de personas son detenidas por delitos ambiguos como ‘asociación ilícita’ o por tener tatuajes.
Dentro de las prisiones, se reportan muertes misteriosas y un número desconocido de falsos culpables, lo que plantea dudas sobre la transparencia del sistema judicial en el país.
Horrores, cuáles horrores.? Horrores eran los que cometían esas cuerdas de inadaptados q no tenían piedad por el ser humano, horrores era lo q hacían ellos con sus víctimas, matandolos, torturandolos, quemandolos, cortandolos como ganado eso si eran horrores no lo q viven ellos comiendo 3 veces al día lo q merecen y viviendo como merecen por sus malas decisiones…
Las cosas como son y si no les gusta llévese un par de ángeles de esos a su casa.