La generación de imágenes con inteligencia artificial (IA) ha explotado en popularidad, especialmente aquellas inspiradas en el estilo de Studio Ghibli. Desde la actualización de OpenAI en marzo, redes como Instagram, X y TikTok se han inundado con millones de ilustraciones creadas por IA.
Sin embargo, este fenómeno tiene un costo oculto: el consumo masivo de agua. Los modelos como Stable Diffusion y DALL-E 2 requieren servidores en centros de datos que, además de energía, dependen de sistemas de refrigeración que consumen grandes cantidades de agua. Se estima que generar una sola imagen puede utilizar entre 0.5 y 2 litros de agua.
Hasta ahora, se han producido aproximadamente 216 millones de estas imágenes, lo que equivale a 216 millones de litros de agua, suficiente para llenar 86 piscinas olímpicas. Aunque algunos modelos han comenzado a bloquear solicitudes para este tipo de imágenes, el impacto ambiental del auge de la IA sigue siendo una preocupación creciente.
A medida que la tecnología avanza, la pregunta queda en el aire: ¿hasta qué punto estamos dispuestos a sacrificar recursos naturales por creatividad digital?
